HABLANDO DE HIJOS

Siempre he pensado que lo mejor que puedes hacer por tus hijos es criarlos para la vida, pero para la vida real y actual, no para la vida que vivimos nosotros antes de ser padres porque era una época, un mundo y una realidad muy diferente. 

También pienso que debes ser el padre no el parcero de tu hijo pero no olvidar que tu también fuiste niño, adolescente y joven; así podrás entenderlo en sus momentos difíciles sin perder la autoridad. 

Prepara a tus hijos para que sean independientes, autónomos, auto suficientes y libres. 

Prepara a tus hijos para que vuelen del nido sin traumatismos; elabora sus alas con cada experiencia que les brindes. 

No los eduques para depender de ti. Edúcalos para depender de sí mismos. 

No los sobre protejas, déjalos equivocarse. Apóyalos, aconséjalos pero no soluciones sus problemas. 

Enséñales que son libres de tomar sus propias decisiones pero hazlos conscientes de que cada decisión tiene consecuencias de las cuales ellos mismos son responsables. 

No hagas las cosas por tus hijos, enséñales a hacer todo por ellos mismos; desde cocinar, lavar, planchar, barrer, etc. No importa si es hombre o mujer. 

No los limites, no los frenes, no los obligues a permanecer a tu lado, no los amarres a tus alas por miedo de soltarlos y se lastimen; no les cortes el viento, en cambio, abre para ellos las ventanas y suéltalos. 

Enséñales que no hay seres mejores o peores a ellos, ni superiores ni inferiores. Que no hay diferencias entre géneros, religiones, nacionalidades ni orientación sexual.

Que existen simplemente seres diferentes pero igualmente valiosos. 

Enséñales a respetar al otro, a los animales, a la madre tierra, a todos. 

Enséñales empatía por los demás. 

Pero para mí, lo más importante es que aprendas tú mismo como padre, a ACEPTAR. 

A aceptar que tus hijos son seres individuales diferentes a ti. 

A aceptar que tus hijos son prestados por la vida y en un punto, deberás devolvérselos. 

A aceptar que tus hijos crecieron, que ya no necesitan de tus alas protectoras porque les regalaste las suyas. 

A aceptar que no tienes que estar ahí para saber que están bien ni que lo están haciendo bien. 

A aceptar que debes liberarte de sus responsabilidades y entregárselas para que ellos mismos se hagan cargo. 

A aceptar que entre más independientes y libres sean ellos, más orgulloso te vas a sentir. 

A aceptar que no te necesitan porque les diste y les enseñaste todo lo que debían saber. 

A aceptar que si se equivocan, ellos mismos deben corregir y lo mejor, que sabrán hacerlo. 

En fin, educa a tus hijos para regalarles el mundo entero y cuando vuelen de tu lado te podrás sentar tranquilo a verlos comerse ese mundo que tu abriste para ellos. 

¿Qué puede ser mejor que eso como premio a tu esfuerzo de padre?