CICLOS

He aprendido que la vida no es un solo ciclo, sino una serie de ciclos que se van abriendo y cerrando. He aprendido que esos ciclos se abren y cierran, tan fácil o difícilmente, como yo misma decida. Yo permito que un ciclo se abra, cada vez que intento algo nuevamente. Yo permito que ese ciclo se cierre, cuando ya de él aprendí, lo que vino a enseñarme. Un ciclo se abre en mi vida, para darle paso a aventuras nuevas. Ese ciclo se cierra en mi vida, para darle paso a la experiencia. Cada ciclo se cierra transformando los resentimientos, en bonitos recuerdos porque independientemente de la situación, siempre los habrá. He aprendido que cada ciclo que concluye se debe cerrar; no por orgullo ni por rencor, sino por sanidad emocional. He aprendido que el sano cierre de cada uno de esos ciclos depende únicamente de mí. He aprendido que solo yo tengo el poder de cerrar el ciclo o convertirlo en un bucle sin fin. He entendido que las personas, los momentos, los ciclos y todo en esta vida, vienen y van sin detenerse, pasan y te dejan la huella, la cicatriz o la experiencia. Yo prefiero la huella y la experiencia, aunque la cicatriz… La cicatriz es la señal clara de algo que dolió en su momento pero, como todo, sanó con el tiempo y está ahí como recordatorio diáfano del ser humano, sensible y real que siempre serás. ÚRSULA Marzo 31 de 2022