ERA YA DE NOCHE
- Úrsula0208
- 11 may 2020
- 3 Min. de lectura
Era ya noche, yo miraba por la ventana observando como el viento inclemente golpeaba los árboles del patio y el frío recorrió mi piel erizándola por completo; estaba tan absorta en lo que veía y sentía, que no me percaté del momento en que entraste a la habitación, sigiloso como tigre acechando su presa te fuiste acercando sin que me diera cuenta, solo alcancé a percibir tu aroma y de repente, sentí tus cálidas manos debajo de mi falda, subiendo por mis piernas, buscando mi ropa interior.....esa misma que en un momento estaba y al siguiente había desaparecido.
Comenzaste a besar a mi cuello mientras tus manos me recorrían suavemente, yo estaba totalmente quieta dejándote jugar conmigo, solo quería sentir…sentirte; tu cuerpo pegado al mío empezó a reaccionar, sentí como tu ser iba creciendo tras de mi…esa sensación aceleró mi excitación, no pude contener el impulso de tocar tu intimidad, sentir en mi mano como crecía cada vez más…por mi, por ti, por este juego de placer.
Ya no tenía falda, mi intimidad estaba expuesta y dispuesta para ti; aún sin voltear, sentí tus manos en mi pecho, desesperadamente desabrochaste los botones de mi blusa, soltaste mi sostén en un solo intento y allí quedaron ellos, mis pechos, erguidos de placer y a tu merced. Tus manos los bordeaban uno a uno, suavemente y despacito…sentí la húmeda saliva de tus dedos en mi pezón y el calor me invadió por completo…no podía resistirme, tenía que entregarme, ¿tenía que hacerlo…para qué evitar lo inevitable?
Ya nadie podría detenerte, yo tampoco quería hacerlo….entonces, tu entraste en mi, al principio despacio, suavemente…no podía pensar en nada más que en la delicia que me provocabas; solo escuchaba tu voz en mi oído que decía cuánto te gustaba…cuánto me necesitabas…igual que yo a ti; mis manos trataban de alcanzarte pero no podía volver sobre mi para estar frente a ti, así estaba bien…mientras tus manos me acariciaban toda, una y otra vez, yo solo podía someterme a tus caricias y a tu sexo…no iba a resistirme, me sometí a ti sin pensarlo y volé a tu lado.
La pasión en aumento, aumentaba también nuestros movimientos…éramos fieras luchando una tras otra, comiéndonos uno a otro sin compasión; mi cuerpo contra la ventana, tu cuerpo contra el mío, luchábamos por no soltarnos, por no perdernos, por lograr juntos calmar la sed que ardía y ardía si control…se acercaba el momento culminante de esa lucha frenética, sentí tus manos apretar mi cadera como si quisieras dejarlas así, adheridas a tu cuerpo y no soltarlas nunca, tu pecho contra mi espalda, húmedos de sudor…como pude, por encima de mis hombros alcancé tu cuello, me abracé a ti para no perderte en ese instante. Te sentí alcanzar el límite, sentí tu sabia cálida y viva entrar en mi paraje encendido, que te recibió con un grito total...tu sabia y la mía se mezclaron, tu cuerpo y el mío se fundieron, nuestra respiración entrecortada se confundía en medio de suspiros, sonrisas y palabras tenues.
Te separaste de mi cuerpo dejándome la satisfacción en el rostro y en el cuerpo, pero al mismo tiempo la ausencia de saber que solo fue un momento de desesperación…te fuiste y no volví a verte…solo hasta tanto tu quisieras volver a sentirme, tendría nuevamente tu cuerpo enredado con el mío y tu sabia recorriendo mis entrañas…

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